(NoticiaCristiana.com/ Cristonews) La conquistó prometiéndole el paraíso, pero después su vida se transformó en el mismísimo infierno. Cecilia Abregú Ávila (42) asesinó a su esposo, el pastor evangélico César Ezequiel Saco Díaz (42), dándole veneno para ratas combinado con sopa de fideos, en su casa ubicada en Chilca, provincia de Cañete, según informó la policía.
El móvil del crimen, según al interrogatorio realizado por las autoridades, fue el temor y rencor que sentía la mujer por el sujeto, quien la había amenazado con matar a sus dos hijas, de 16 y 6 años.
Le llegó a decir, incluso, que ultrajaría sexualmente a la menor de las niñas si ella denunciaba los inclementes maltratos a los que la sometía.
Botellazo en la cabeza
"Ella se resistió y él le lanzó una botella de cerveza en la cabeza, causándole heridas", informó una fuente policial. La mujer se retiró asustada de la casa porque César Saco amenazó con seguir golpeándola.
Sin embargo, antes de retirarse habría envenenado al padre del hijo que llevaba en sus entrañas.
Luego de ser detenida por la policía de Chilca, ella explicó: "Compré un sobre de raticida porque él me dio plata para hacerlo, pues teníamos ratones en la casa. Y yo eché el contenido en la sopa que mi hija no quiso tomar, para que estos roedores lo coman y mueran. No lo hice a propósito", alegó.
La palabra de Dios
"La mujer argumenta que, tras ser agredido con la botella, el hombre ingirió la sopa sin saber que había veneno. Pero su versión no es muy creíble, y puede haber actuado premeditadamente. Por eso las pesquisas continúan", dijo un detective encargado del caso.
César Saco y Cecilia Abregú se casaron hace apenas ocho meses. Ella es natural de Huarochirí y tenía dos hijas de un primer compromiso.
Luego del matrimonio él se mostró muy cariñoso y, según la mujer, "me conquistó leyéndome la palabra de Dios". Sin embargo, al día siguiente de su boda, todo cambió abruptamente.
'Viví aterrorizada'
"Se llevó los regalos de boda, y empezó a pegarme y violarme contranatura todos los días", recalcó la fémina. Luego agregó: "Cuando amenacé con denunciarlo a la policía, él me dijo que mataría a mis dos hijas y violaría a la menor de ellas. Desde entonces viví aterrorizada".
Ahora las hijas de Cecilia afrontan un terrible en incierto drama. Su madre posiblemente vaya a prisión y ellas tendrán que quedarse con un familiar.
"Pobres criaturas, ellas no tienen la culpa de lo que hicieron sus padres. Además de vencer la soledad y las carencias, deben superar un gran trauma", dijo una vecina.
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