Me di el gusto de caminar el último día de la Feria Internacional del Libro de Miami, la más importante en español de los Estados Unidos, en la que miles de visitantes husmearon durante el fin de semana los quioscos en el downtown, para adquirir las novedades tanto en inglés como en español, y también textos antiguos, de historia, exóticos, curiosos, de viejos, motivacionales, metafísicos, esotéricos, islamitas, católicos… de todo, menos libros cristianos.
Resulta insólito que las obras evangélicas hayan brillado por su ausencia en una ciudad que para muchos es la meca de la literatura cristiana de habla castellana y donde radican las sedes de la mayoría de las casas editoriales de esta categoría.
Es cierto que las editoriales cristianas no venden al pormenor o al detalle, y parece que tampoco les interesa darse a conocer institucionalmente al gran público. Prefieren dirigir sus esfuerzos de mercadeo el cliente “cautivo” de las iglesias. Aunque, vale destacar, algunas pocas se han aventurado a traspasar esta sólida barrera de prejuicios con algunos éxitos de librería, y así se ven algunos libros cristianos en aeropuertos, tiendas por departamento y supermercados. Pero todavía no en la feria de Miami.
Uno se pregunta cómo es que las librerías cristianas de la ciudad, que son pocas pero bien establecidas, no estuvieran en esta importante feria, vendiendo codo a codo con otros atestados quioscos de literatura religiosa y seudo religiosa y, de paso, haciendo la diferencia evangelística.
Si usted quiere saber el porqué de éste y muchos de los misterios de la industria del libro cristiano en español de esta cosmopolita ciudad, pregúntele a Luciano, de Luciano’s Books, el librero cristiano de Miami más conocido, con treinta años en el negocio.
“No da resultados económicos –me dice tajante Luciano, en una rápida entrevista telefónica. Por lo general, las personas que van a este tipo de ferias no se interesan por la literatura cristiana. Yo estuve allí por dos años, una vez representando los productos de las Sociedades Bíblicas Unidas y otra por mi propia cuenta.
Le digo que se pasa mucho trabajo y se obtienen muy pocos resultados.
“Tal vez uno debería estar –reflexiona enseguida Luciano. Aunque es triste ver que ya de por sí los hispanos que se interesan por la literatura son pocos. Habría que trabajar con ciertos autores para que estuvieran en la ciudad una semana antes ofreciendo entrevistas por las emisoras comerciales, si se quiere tratar de alcanzar a ese público.”
Ciertamente ser un librero cristiano en Miami requiere de mucha vocación. Fuera de las iglesias hay que competir no sólo con la buena literatura secular, sino también con la mala literatura bien vendida, la vasta literatura basura que ofertan las populares librerías esotéricas y el poco hábito y tiempo de lectura de los hispanos residentes.
Con todo, a la Feria Internacional del Libro de Miami le faltaron los cristianos. Como yo, pudo haber algunos cientos de visitantes deseosos de ver a algún autor de los nuestros firmado, explicando y vendiendo su obra.
¿Quién se atreve para el próximo año?
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Tomado del blog En verdad te digo…
“No da resultados económicos –me dice tajante Luciano, en una rápida entrevista telefónica. Por lo general, las personas que van a este tipo de ferias no se interesan por la literatura cristiana. Yo estuve allí por dos años, una vez representando los productos de las Sociedades Bíblicas Unidas y otra por mi propia cuenta.
Le digo que se pasa mucho trabajo y se obtienen muy pocos resultados.
“Tal vez uno debería estar –reflexiona enseguida Luciano. Aunque es triste ver que ya de por sí los hispanos que se interesan por la literatura son pocos. Habría que trabajar con ciertos autores para que estuvieran en la ciudad una semana antes ofreciendo entrevistas por las emisoras comerciales, si se quiere tratar de alcanzar a ese público.”
Ciertamente ser un librero cristiano en Miami requiere de mucha vocación. Fuera de las iglesias hay que competir no sólo con la buena literatura secular, sino también con la mala literatura bien vendida, la vasta literatura basura que ofertan las populares librerías esotéricas y el poco hábito y tiempo de lectura de los hispanos residentes.
Con todo, a la Feria Internacional del Libro de Miami le faltaron los cristianos. Como yo, pudo haber algunos cientos de visitantes deseosos de ver a algún autor de los nuestros firmado, explicando y vendiendo su obra.
¿Quién se atreve para el próximo año?
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Tomado del blog En verdad te digo…
Muy interesnte tu comentario, qué dicha, que te distes a la tarea de buscar algún "stand" de libros cristianos y lamentablemente no lo encontrastes. En cuanto a "quién se atreve el próximo año" bueno espero que envies la direccion de tu blog a casas editoriales a ver si se ponen pilas y no dejen pasar la oportunidad de ofrecer "palabra de vida" !!!
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